diumenge, 17 de març del 2024

LA ABUELA CATALINA Y LA PUERTA CERRADA

Cuando murió nuestra abuela Catalina, nuestros padres fueron al velatorio. Como era ya muy tarde, a nosotros nos dejaron durmiendo.
Al día siguiente, al levantarnos, nos sorprendió estar solos en la casa y que la puerta estuviera cerrada. Mi hermano Santos, que no tendría más de siete años, intentó abrir la puerta pero estaba cerrada con llave. Entonces, cogió unas tenazas y a base de golpes, la pudo abrir.
Salimos los dos a la calle, alegres y cantando. Unos vecinos, extrañados de vernos tan contentos, nos preguntaron si sabíamos  que había muerto nuestra abuela Catalina.
Nos pusimos muy tristes, y comprendimos la razón de que aquella mañana estuviéramos solos en casa y de que la puerta estuviera cerrada. 
Y colorín, colorado este sencillo recuerdo se ha acabado.